miércoles, 25 de julio de 2012

Las locas maneras de ver el mundo... al revés.

En el mundo al revés…

Todo se compra, todo se vende.

Yo contribuyo, tú contribuyes, él contribuye, nosotros contribuimos, vosotros contribuís, ellos contribuyen a esta esclavitud moderna.

La economía global es sinónimo de cómo unos pocos bolsillos ambiciosos ahogan a un mundo que, lejos de luchar contra ellos, anhela convertirse en sus iguales.

Los mercados son infinitamente más importantes que tú, parado de mierda.

No hay países ni naciones, es el sistema económico internacional el que maneja la vida del planeta.

El desarrollo sostenible no es posible en un sistema capitalista e hiperconsumista.

Multiplicamos el consumo de muchos y el hambre de unos pocos.

La solidaridad y la justicia social siempre son prescindibles.

La política es sinónimo de corrupción.

Son los bancos y las grandes multinacionales los que gobiernan un país.

La venta de armas no cesa ni mengua, sino todo lo contrario.

Nadie muerde la mano que le da de comer alimentando su hambre a base de miedo y cerrando su boca con falsas comodidades.

La libertad de pensamiento se erige como la única libertad posible.

El mejor instrumento de lucha: el consumo responsable.

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