lunes, 16 de julio de 2012

Otras formas de medir la riqueza

Cada vez que se habla de la situación de un país se alude a su nivel de riqueza, es decir, a su Producto Interior Bruto (PIB). Es más, la Real Academia Española define la felicidad en su primera acepción como estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. Sin embargo, la posesión de bienes no es sinónimo de felicidad. Evidentemente, para vivir se necesita dinero y poseer ciertos bienes, pero una elevada cantidad de dinero no implica una felicidad mayor. Por ello, hoy queremos compartir diversos índices que no tienen en cuenta únicamente el crecimiento económico o la posesión de bienes para medir el desarrollo de un país.

El Índice del Planeta Feliz (IPF), desarrollado por New Economics Foundation (NEF) en julio de 2006, contempla la expectativa de vida, la percepción de la felicidad y la huella ecológica (aquí puedes medir la tuya). Fue desarrollado como un indicador alternativo al Productor Interior Bruto (PIB) y al Índice de Desarrollo Humano (IDH), que mide la esperanza de vida, la tasa de alfabetización y el PIB. El IPF compara la percepción subjetiva del bienestar con la esperanza de vida y con el consumo de los recursos naturales en 143 países. Al contrario de lo esperado si se relaciona la felicidad de un país con la riqueza de sus habitantes en términos económicos, los primeros países del ranking no son países occidentales, sino iberoamericanos y asiáticos. Así, el primer puesto lo ocupa Costa Rica, el segundo Vietnam y el tercero Colombia. 





Existen más indicadores alternativos a aquellos en los que prevalece la riqueza y el crecimiento económico. Este es el caso de la Felicidad Nacional Bruta (FNB) o Felicidad Interna Bruta (FIB), que mide la felicidad en función de cuatro parámetros: el desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la promoción de valores culturales, la protección del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno. Este indicador fue propuesto en 1972 por Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, en  el Himalaya.





Otros indicadores destacados son el Índice de Progreso Real (IPR) o Índice de Progreso Genuino (IPG) y el Índice de Bienestar Económico Sostenible (IBES). El primero se aplica desde 1950 y mide el bienestar económico y el progreso social de un país teniendo en cuenta actividades no remuneradas como el voluntariado o el cuidado de familiares, así como las desigualdades económicas y el desarrollo sostenible. El IPR está relacionado con el IBES, que contempla el consumo privado, el gasto público y el consumo de recursos. 

Todos estos indicadores pueden servirnos para complementar los datos obtenidos con el PIB y no medir la riqueza de un país únicamente en términos económicos. 

1 comentario:

  1. Esto se nos olvida muchas veces, valoramos a las personas por los bienes que tienen, no por lo que son, por su riqueza interior.
    Y es cierto, no se es más feliz por vivir más años, sino por haber vivido feliz el tiempo que nos tocó.
    Pero este mundo loco, de seres humanos locos va por otro camino, y tiene difícil cambio, porque creo que los seres humanos han hecho casi siempre lo mismo, fastidiarse la vida unos a otros.
    Saludos.

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